El grillo afónico y el
valor de la Empatía
En
una extensa pradera vivía un grillo muy preocupado. Llevaba mucho tiempo
afónico, a causa de un fuerte resfriado, y todos los remedios ensayados
habían terminado en fracaso. La tristeza lo abrumaba, porque adoraba cantar y ahora no podía hacerlo como
el resto de sus amigos y vecinos, quienes le dieron de lado porque pensaron que
ya no quería hacer su trabajo. ¡Qué desgraciado soy! ¡Mira que no
poder cantar como todo el mundo! - se lamentaba el grillo, un día sí y
otro también. Un primo suyo, enterado del sufrimiento del grillo
afónico y comprendiendo sus sentimientos, vino a visitarle para escucharlo y
darle ánimos.
—Tu afonía no es un problema grave —le dijo con gesto tranquilizador.
Mira, yo formo parte de una orquesta en la que todos somos muy amigos. En este
momento nos hace falta un trompetista y, como ahora no puedes cantar, pues he
pensado en ti. ¿Qué dices?
—¡Oh, gracias! — le contestó el grillo —¡Siempre me ha gustado tocar la
trompeta! ¡Sí, entraré en vuestra orquesta!
Desde aquel día, la orquesta fue la más famosa de toda la pradera y,
aunque grillo siguió sin poder cantar, fue nombrado el mejor trompetista del
campo. Esta historia anónima nos presenta el valor de la empatía.
Esta cualidad implica ponerse en lugar de los demás e indagar en qué les hace
pensar o sentir de determinada manera y, aunque sea diferente a la nuestra, no
hay derecho a criticarla, sino a respetarla y cuidarla.
El primo del grillo demuestra este valor cuando, a diferencia de otros
amigos y conocidos que lo juzgan sin saber, ofrece su escucha. También es capaz
de comprender sus sentimientos y le ayuda a conseguir un nuevo empleo en el que
se siente valorado.
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¿Además de la empatía, que otro valor aplicarías?
¿Te ha pasado algo similar
a la historia del grillo?
Otro valor que veo es la solidaridad por parte del primo, porque lo está ayudando en medio de sus dificultades.
ResponderEliminarSí, me ha pasado y como el grillo siempre hay más personas juzgandote y pocas siendo empáticos